jueves, 7 de febrero de 2008

RECORDANDO A BENNY MORE


Este próximo 19 de Febrero se cumplen 45 años de la muerte física del ídolo de multitudes más grande que ha dado Cuba: Benny Moré.
No se trata de un músico más, es por unanimidad, el más genial artista popular que ha existido en Cuba.
Es el símbolo, el mito, la leyenda, como el resumen de la música popular cubana que es muy rica y abundante. Benny simboliza el guateque campesino, el sarao, la
bohemia, la descarga, el café, el bar, el teatro, la fiesta, los carnavales,
el espectáculo. El Bárbaro del Ritmo, es lo máximo de la música popular.

Benny atravesó una vida difícil, pero estaba preparado para todo.
En 1940 le dijo a su primo, compañero de descargas: “Me quedo en La Habana, aquí me levanto o me hundo”. A partir de entonces comenzó la saga de las descargas por los bares de la avenida del puerto.
-“Me lancé a la calle con una guitarra al hombro a cantarle a los turistas. No me avergüenzo de ello; Carlos Gardel también lo hizo en la Argentina y es el rey del tango”.
Benny sabía que tenía una voz, un aché (suerte) y un destino. Quizás lo presintió,
lo intuyó, o simplemente confiaba en su triunfo. Cuando comenzó con Miguel
Matamoros y su conjunto, ya quería hacer cambios en el piquete. En México, cuando enfermó Miguel, pudo dirigir el conjunto, tomó el mando y puso a gozar a los cuates en el cabaret El Patio. El dueño del negocio se encantó del ambiente tan sabroso que propició el Benny como director.
Después de cantar con varias orquestas de empuje en México, se plantó bonito con la banda más famosa del siglo XX: Pérez Prado y el mambo cubano.
Cantó como nadie en el mundo e inicia su ascenso internacional.
Participa en muchas películas y a su regreso a Cuba, ya estaba seguro de que había que contar con el.
En 1953, Benny se atreve a crear su Banda Gigante, su querida “tribu” para luchar por la música cubana y comienza la leyenda. Se llega a presentar en el cabaret Tropicana, Montmartre, en el Palladium de New York, en la academia de los Oscar, de Hollywood, en carnavales de países latinoamericanos y por numerosos pueblos de Cuba.
Se convierte en el artista mas reclamado de Cuba, pero lo mismo daba un
bailable en un cabaret lujoso que una descarga callejera; como cuando un día se
apareció, con su Cadillac 55, para cantar en la fiesta de quince de una sobrina, en un barrio marginal de la ciudad. Rechazó a los poderosos que siempre trataron de subestimarlo y ayudó a los menesterosos, regalaba casi todo su dinero y murió sin fortuna material. No era un hombre ambicioso. En su época nunca se le rindieron homenajes, ni lo condecoraron con ninguna medalla. El sabía que era el mejor, aunque no podía imaginar que quedaría en la historia como el símbolo de la música cubana. La propia Cuba, despues de más de 40 años de muerto, le hace una película homenaje: EL BENNY. ¿Porque esperaron tanto para darle el homenaje que merecía uno de los talentos musicales más grande de Cuba?
Los grandes músicos de Cuba que han dado gloria a su país, muchas veces han
sido menospreciados, vilipendiados, olvidados. Algunos murieron de hambre,
abandonados en cuartuchos de posadas de mala muerte. Pero ellos fueron perseverantes, creían fervientemente en lo que hacían, en su misión en la vida.
Nadie les dijo: “Persiste”, ellos sabían que tenían que llegar hasta el final.
Benny fué uno de esos músicos que lo dieron todo por la música cubana.
Su última actuación finalizó en una verdadera tragedia: vómitos de sangre en su automóvil, una anemia perniciosa le había provocado una cirrosis hepática mortal. Murió en el escenario dándolo todo por su público. Después de esa última actuación falleció entre sus amigos y familiares.
Cuentan los "viejos de verdad", que en una ocasión, Benny estaba actuando cuando llegó Fidel Castro y con el embullo de la época, Benny gritó: ¡ Ahí llegó el caballo! A Castro como es lógico, no le gustó mucho el mote, por lo que segun las lenguas, mandó a darle a Benny una paliza.
¿Que hay de cierto en esto? No lo se, pero esta anecdota la he oido varias veces, ya que segun el cuento, Benny murió de sangramiento por la paliza, que debido a su enfermedad, provocó su muerte.
Ciertamente Benny concluyó una época, cerró un capitulo de la vida musical cubana, esa etapa de la vida nocturna que ya declinaba. La vida del Benny se
relacionó con un mundo que ya desapareció. Luego todo se convirtió en mitos y leyendas. Benny siguió cantando, pero ahora sería en discos que hacían scrach, que se digitalizaron. Los “oidores” (oyentes) de hoy deben transportarse en el tiempo, abstraerse, imaginar aquellos bares de mala muerte, del puerto habanero lleno de turistas curiosos. De fondas de chinos que expendían “completas” para pobretones que pasaban el sombrero, después de cantar por las calles habaneras.
Todo eso frente a otro mundo desigual, distinto, de rutilantes cabarets, cines, teatros y clubes aristocráticos.
Aquel fué el mundo de Benny Moré, por eso la gente sencilla siempre lo tendrá como el ídolo de los humildes.
Cuba evoca, de tarde en tarde, a su músico más completo y amado de todos los tiempos, y lo hace a través de revistas, periódicos y emisoras, ómnibus, calles y parques, y también en reuniones familiares. Tambien en el exilio, recordamos mucho a Benny More entre los cubanos y los latinos en su totalidad, que saben apreciar el gran sabor del gran sonero.

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