miércoles, 5 de marzo de 2008

CHABELA y El Diario de Anna Frank







Resulta difícil imaginar que la luminosidad y el ritmo asociados a los musicales encaje en una historia trágica como la de Anna Frank. “Esa es la licencia del género. Que no desentone el humor, la alegría o contar un chiste, porque los Frank y sus amigos escondidos se los contaban, incluso en ese entorno”, afirma Alberto Vázquez, que interpreta a Otto Frank, padre de Anna, en un musical que se estrenó en Madrid en Febrero. Será la primera vez que los herederos de la niña judía cedan el testimonio de la barbarie nazi para un espectáculo de este tipo.

Traducido a sesenta lenguas y con más de cuarenta millones de ejemplares vendidos, El diario de Anna Frank es la voz más reconocible del Holocausto. Después de una obra de teatro y dos películas estrenadas en 1959 y 2001, la historia de la niña que en sus diarios levantó acta del genocidio judío visto desde su escondite, no había vuelto a asomarse a un escenario profesional. Pero su regreso promete ser sonado.
Un montaje español (titulado El diario de Anna Frank, un canto a la vida) será el que cuente finalmente con un material dramático universal que muchos han pretendido antes. Una historia que es también la de la mitad de los treinta mil judíos holandeses que se ocultaron de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y fueron delatados y deportados a campos de concentración. Anna Frank, su hermana Margot y su madre Edith engrosaron esa macabra lista.
Sólo el padre, Otto, logró sobrevivir a Auschwitz y vio el relato de su hija convertido en un éxito internacional.

Pese a ser el primero en alentar su legado como ejemplo contra la intolerancia, el odio racial y la guerra, siempre le afectaron las adaptaciones de unos escritos que recreaban su tragedia íntima.
En 1959, incluso, decidió no ceder más derechos de autor para ello. Desde su muerte, en 1980, tampoco la Fundación que lleva el nombre de la niña había respaldado proyectos similares. Ni siquiera a los requerimientos de Steven Spielberg, que cursó su petición a finales de los años ochenta.

“Este montaje respeta el mensaje de tolerancia, dentro de la tragedia, que nos gustaría mantener vivo. Al ser en español, además, puede contribuir a acercar la figura y el mensaje de Anna Frank al mundo latinoamericano, una comunidad que siente gran interés por todo lo relacionado con ella”, decía Jan Eric Dubbelman, jefe del departamento internacional de la fundación.

“Para mí ha sido una labor de diez años en los que he ido ganándome la confianza de los holandeses. Ha sido también la culminación de una promesa callada hecha a mi hijo de mantener vivo el icono contra la xenofobia y por los derechos del niño que es Anna Frank”, señala Rafael Alvero, director general de la Federación de Cines de España y director ejecutivo de la obra.

Una vez ganado el apoyo de la Fundación, era preciso escribir un libreto digno del desafío impuesto por una guerra que sólo en Holanda vio desaparecer a ciento diez mil judíos.
Según los cálculos oficiales, sobrevivió un cuatro por ciento.

El libreto y música originales son de José Luis Tierno, y la adaptación y dramatización es de Jaime Azpilicueta. Quien encarna a Anna es Isabela Castillo, una cubana de trece años que huyó con su familia a Belice y después a Miami, donde residía hasta que la eligieron en un casting de multitudinarios actores (se presentaron ochocientos candidatos) organizada por Internet.
Isabella nació artista. Sus padres José Castillo, gran músico percursionista cubano, y su mamá, la gran cantante Delia Diaz de Villegas, ganadora del premio OTI en Cuba, quienes estan orgullosos de su hija Chabela.
"El Diario de Anna Frank, Un Canto a la Vida", un espectáculo que devuelve a la actualidad unas vivencias que el tiempo no ha podido avejentar.
A través de sus canciones podremos recordar aquel tiempo de locura colectiva, reflexionar sobre la capacidad del ser humano para general el mal o para mantener la sincera inocencia que hace de esta vida el mas increible de los milagros.
La música se une al texto de aquel cuaderno. Para gritarlo, para cantarlo.

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¿QUIEN FUE ANNA FRANK?
Annelies Marie (Anne) Frank fué una niña judia alemana, que dejó constancia en su diario de sus experiencias en un escondrijo o desván construido en un edificio de oficinas, mientras se ocultaba con su familia de los nazis en Amsterdam, Holanda, durante la Segunda Guerra Mundial. Su familia fué capturada y llevada a distintos campos de concentración alemanes, donde morirían todos salvo su padre, Otto.
Anne fue enviada a los campos de concentración nazis de Auschwitz el 2 de septiembre de 1944 y más tarde al campo de concentración de Bergen-Belsen.
Murió allí de fiebre tifoidea a finales de Febrero o principios de Marzo de 1945, pocos días antes de que éste fuera liberado.
Años después, su padre publicó su famoso diario, conocido en español como El diario de Ana Frank.
Junto con su familia, tuvo que mudarse a Ámsterdam, huyendo de los nazis. Allí le regalaron un diario al cumplir los trece años. Muy poco después, su familia tuvo que ocultarse en un escondrijo, la Achterhuis, situada en un viejo edificio en el Prinsengracht, un canal en el lado occidental de Ámsterdam, y cuya puerta estaba escondida tras un estantería.
En el escondite había 8 personas: sus padres, Otto y Edith Frank; ella y su hermana Margot; el señor Dussel, un dentista judío cuyo nombre real era Fritz Pfeffer, y el señor y la señora Van Daan con su hijo Peter (cuyo apellido real era Van Pels). Durante aquellos años, Anne escribió su diario, en el que describía su miedo a vivir escondida durante años, sus nacientes sentimientos por Peter, los conflictos con sus padres, y su vocación de escritora. Pocos meses antes de ser descubiertos, empezó a reescribir su diario con la idea de publicarlo tras la guerra.
Tras más de dos años, un informador holandés guió a la Gestapo a su escondite. Fueron arrestados por la Grüne Polizei y, el 2 de Septiembre de 1944 toda la familia fué trasladada en tren de Westerbork a Auschwitz, viaje que duró tres días. Mientras tanto, Miep Gies y Elly Vossen, dos de los que los protegieron mientras estuvieron escondidos, encontraron y guardaron el diario.
Anne, Margot y Edith Frank, la familia Van Pels y Fritz Pfeffer no sobrevivieron a los campos de concentración nazis (aunque Peter van Pels murió durante las marchas entre campos de concentración). Margot y Anne pasaron un mes en Auschwitz-Birkenau y luego fueron enviadas a Bergen-Belsen, donde murieron de fiebre tifoidea en Marzo de 1945, poco antes de la liberación. Sólo Otto logró salir de los campos de concentración con vida. Miep le dio el diario, que editaría con el fin de publicarlo con el título "El diario de Anna Frank", que ha sido ya publicado en 55 idiomas.

Al cumplir trece años, el 12 de junio de 1942, Anne recibió un pequeño cuaderno que había señalado a su padre en una vitrina unos días antes. Si bien se trata de un libro de autógrafos, empastado en tela a cuadros rojo y negro, con una pequeña cerradura en el frente, Anne ya había decidido que lo utilizaría como diario. Empezó a escribir en él casi inmediatamente, describiéndose ella y su familia así como su vida diaria en casa y en el colegio.A falta de una "amiga del alma", según Anna,le escribía a su diario como si estuviera dirigiendose a una amiga;llamaba Kitty a su diario y usaba "Querida Kitty" como frase introductoria. Escribió sobre sus resultados en clase, sus amigos, chicos con los que simpatizaba y los lugares que prefería visitar en su vecindario. Si bien estos primeros escritos en su diario muestran que su vida era en muchas formas la vida típica de una escolar, también reseña los cambios que se van implantando desde la ocupación alemana.
Algunas referencias parecen casuales y sin gran énfasis, sin embargo en algunas entradas describe con mayor detalle la opresión que cada día va en aumento.
Escribió acerca de las estrellas que todos los judíos estaban obligados a portar en público, y también enumeró algunas de las restricciones y persecuciones impuestas en la vida cotidiana de la población judía de Ámsterdam.
En Julio de 1942, Margot Frank recibió un aviso ordenándole presentarse para deportación hacia un campo de trabajo. Anna fué entonces informada de un plan que Otto había preparado con sus empleados de mayor confianza, y que ya conocían Edith y Margot desde hacía pocos días. La familia se escondería en cuartos camuflados en las instalaciones de la empresa en la Prinsengracht, una calle al borde de uno de los canales de Ámsterdam.

El 8 de Julio de 1942, la familia se mudó al escondite preparado. Su apartamento fué dejado en desorden para hacer pensar que había sido abandonado de manera súbita, y Otto Frank dejó una nota de la que se podía deducir que habían logrado escapar hacia Suiza. Como los judíos no podían utilizar los transportes públicos debieron caminar varios kilómetros desde su casa hasta el refugio, portando cada uno todas las vestimentas que pudieron, dado que no podían correr el riesgo de ser vistos con equipajes. Achterhuis es una palabra holandesa usada para referirse a la parte trasera de una casa: achter significa detrás y huis es una casa. Ésta tenía tres pisos en la parte trasera del edificio con acceso a un patio detrás de las oficinas de Opekta. En el primer nivel había dos pequeñas habitaciones, con un baño adjunto. Sobre éste se encontraba una gran habitación, al lado de otra más pequeña desde la que se subía hacia el ático. La puerta de la achterhuis fue cubierta con una estantería para que no se la pudiera ver. Anne se referiría más tarde a este espacio como el Anexo Secreto. El edificio principal, situado a una manzana de Westerkerk, era un edificio banal, típico de los barrios del oeste de Ámsterdam.
Victor Kugler (en ediciones antiguas nombrado como Kraler), Johannes Kleiman (Koophuis), Miep Gies y Elisabeth "Bep" Voskuijl eran los únicos empleados que sabían del escondite y, junto con Jan, el esposo de Gies y Johannes Hendrik Voskuijl, el padre de Voskuijl, eran quienes ayudaban a los Frank a sobrevivir durante la duración de su confinamiento. Ellos eran el único contacto entre el exterior y los ocupantes de la casa, y los mantenían informados de las noticias de guerra y de los eventos políticos. Eran también los proveedores de todo lo necesario para la seguridad y supervivencia de la familia; el abastecimiento de comida resultaba cada vez más difícil a medida que el tiempo transcurría. Anne escribió sobre la dedicación y sobre los esfuerzos para levantarles el ánimo durante los momentos más peligrosos. Ellos eran conscientes de que la pena capital era la aplicable en aquel momento por dar refugio a judíos.
A finales de Julio, se les unió la familia Van Pels (Van Daan): Hermann, Auguste, y Peter de 16 años, y más tarde en noviembre llegó Fritz Pfeffer (Dussel), dentista y amigo de la familia. Anna escribió sobre lo bueno que era tener otras personas con quién hablar, pero las tensiones rápidamente se presentaron en este grupo de personas que debían compartir confinados este escondite. Luego de compartir su habitación con Pfeffer Anne terminó por considerarlo insoportable, y se peleó con Auguste van Pels, a quién consideraba fuera de sus cabales. Su relación con su madre se hizo difícil también y Anne escribió que sentía tener poco en común con ella por ser su madre demasiado abstraída. Aunque algunas veces discutió con Margot, escribió sobre un lazo inesperado que se había desarrollado entre ellas, aunque con quién se sentía más cercana era con su padre. Tiempo más tarde, también comenzó a apreciar la gentileza de Peter Van Pels y hasta llegaron a tener sentimientos románticos.
Anne pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo y estudiando, al tiempo que continuaba escribiendo en su diario. Además de narrar los eventos transcurridos, Anne escribía sobre sus sentimientos, creencias y ambiciones, temas de los que no hablaba. Al sentirse más segura sobre su forma de escribir, al mismo tiempo que crecía y maduraba, escribía sobre temas más abstractos, como sus creencias en Dios, o sobre cómo definía ella la naturaleza humana. Escribió regularmente hasta su anotación final, el 1 de Agosto de 1944.

La mañana del 4 de Agosto de 1944 la Grüne Polizei asaltó la achterhuis siguiendo una pista de un informador que nunca fué identificado. Conducido por el Sargento del Cuerpo de Protección (SS) Karl Silberbauer del Servicio de Seguridad (SD), el grupo contaba con al menos tres miembros de la Policía de Seguridad. Los inquilinos fueron introducidos en camiones y trasladados para someterlos a interrogatorio. Victor Kugler y Johannes Kleiman fueron encarcelados, pero a Miep Gies y a Bep Voskuijl les permitieron marcharse.
Más tarde regresarían a la achterhuis, donde encontraron las anotaciones de Anne desparramadas por el suelo. Las recogieron, así como varios álbumes de fotos de la familia, y Gies se propuso devolvérselos a Anne cuando la guerra hubiese terminado.
Llevaron a los miembros de la casa a un campo en Westerbork. Siendo aparentemente un campo de tránsito donde hasta ese momento habían pasado más de 100.000 judíos, y el 2 de septiembre el grupo fue deportado en el que sería su último traslado desde Westerbork hasta el campo de concentración de Auschwitz. Tras tres días de viaje llegaron a su destino, y los hombres y mujeres fueron separados según su sexo, para no volverse a ver más. De los 1019 pasajeros, 549 – incluyendo niños menores de 15 años – fueron seleccionados y enviados directamente a las cámaras de gas en las que fueron asesinados. Anna había cumplido 15 años tres meses antes y se libró, y aunque todos los de la achterhuis sobrevivieron a la selección, Anna creyó que su padre había sido asesinado.
Junto con las otras mujeres no seleccionadas para la muerte inmediata, Anna fué obligada a permanecer desnuda para desinfectarla, le raparon la cabeza y le tatuaron un número de identificación en el brazo. Durante el día usaban a las mujeres para realizar trabajos forzados y, por la noche, las hacinaban en barracones frigoríficos. Las enfermedades se propagaban velozmente y en poco tiempo Anna terminó con la piel cubierta de costras.
El 28 de Octubre comenzó la selección para reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen. Más de 8,000 mujeres, Anna Frank, Margot Frank y Auguste van Pels incluidas, fueron transportadas, pero Edith Frank se quedó atrás. Se levantaron tiendas para acoger la afluencia de prisioneros, entre ellos Anna y Margot, y a medida que la población aumentaba el índice de mortandad debido a enfermedades aumentó rápidamente. Anne pudo juntarse por un breve periodo con dos amigas, Hanneli Pick Goslar (llamada "Lies" en el diario) y Nanette Blitz, quienes sobrevivieron a la guerra. Contaron cómo Anna, desnuda salvo por un trozo de manta, les explicó que infestada de piojos, se había despojado de sus ropas. La describieron como calva, demacrada y temblorosa, pero a pesar de su enfermedad les dijo que estaba más preocupada por Margot, cuyo estado parecía más severo. Goslar y Blitz no llegaron a ver a Margot, que permaneció en su litera, demasiado débil como Anna les dijo que estaban solas, y que sus padres habían muerto.

En Marzo de 1945 una epidemia de fiebre tifoidea se propagó por todo el campo; se estima que terminó con la vida de 17.000 prisioneros. Los testigos contaron más tarde que Margot, debilitada como estaba, se cayó de su litera y murió como consecuencia del golpe, y que pocos días después Anna también murió, se cree que de fiebre tifoidea. Se cree que esto sucedió pocas semanas antes de que el campo fuese liberado por tropas británicas el 15 de Abril de 1945, y aunque la fecha exacta no fué registrada, se considera que pudo ocurrir entre finales de Febrero y mediados de Marzo.
Tras la guerra, de los aproximadamente 110.000 Judíos que fueron deportados desde los Países Bajos durante la ocupación Nazi, sólo 5.000 sobrevivieron.
De los ocho inquilinos de la achterhuis, sólo el padre de Anna sobrevivió. Herman Van Pels, fue gaseado justo tras la llegada del grupo a Auschwitz-Birkenau, el 6 de Septiembre de 1944. Su esposa Auguste murió entre el 9 de Abril y el 8 de Mayo de 1945, en Alemania o en Checoslovaquia. Su hijo Peter murió el 5 de Mayo de 1945 en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, después de ser trasladado andando desde Auschwitz.
El Dr. Friedrich Pfeffer, murió el 20 de Diciembre de 1944 en el campo de concentración de Neuengamme. La madre de Anna, Edith Hollander, murió el 6 de enero de 1945, en Auschwitz-Birkenau. Johannes Kleiman y Victor Gustav Kugler, socios comerciales de Otto Frank que ayudaron a los anteriores mientras permanecieron escondidos, fueron arrestados por ayudar a la familia Frank. Ambos fueron sentenciados a realizar un Arbeitseinsatz (servicio de trabajo) en Alemania, y ambos sobrevivieron a la guerra.

Otto Frank sobrevivió y regresó a Ámsterdam. Fue informado del fallecimiento de su esposa, también fue informado de que sus hijas habían sido transferidas a Bergen-Belsen, quedando con la esperanza de que lograran sobrevivir. En Julio de 1945, la Cruz Roja confirmó las muertes de Anna y Margot y fué sólo entonces cuando Miep Gies le dió el diario. Luego de leer el diario comentó no haberse dado cuenta de cómo Anna había mantenido un registro tan exacto y bien escrito de su estadía juntos. Tratando de cumplir póstumamente el deseo de Anna expresado en el diario de convertirse en escritora, decidió intentar hacerlo publicar. Al preguntársele muchos años después sobre su primera reacción, respondió sencillamente:
«Nunca supe que mi pequeña Anne era tan profunda».
El diario de Anne se inicia como una expresión privada de sus pensamientos íntimos, expresando la intención de nunca permitir que otros lo leyeran. Describe cándidamente su vida, su familia y compañeros y su situación, mientras empieza a reconocer su ambición de escribir novelas y publicarlas. En el verano de 1944, escuchó una transmisión de radio de Gerrit Bolkestein— miembro del gobierno Holandés en el exilio— que decía que al terminar la guerra crearía un registro público de la opresión sufrida por la población de su país bajo la ocupación alemana. Mencionó la publicación de cartas y diarios, de manera que Anna decidió que contribuiría con su diario. Comenzó a corregir su escritura, a eliminar secciones y a reescribir otras, en vista de su publicación. A su cuaderno original, anexó varios cuadernos adicionales y hojas sueltas. Se creó pseudónimos para los miembros del grupo y sus benefactores. La familia van Pels se convirtió en Hermann, Petronella y Peter van Daan; Fritz Pfeffer pasó a llamarse Albert Düssell. Otto Frank utilizó la versión original del diario, conocida como "versión A", y la versión corregida, conocida como "versión B", para producir la primera versión para ser publicada. Retiró algunos pasajes, sobre todo aquellos en los que se refería a su esposa en términos poco halagadores, así como secciones en las que hablaba de detalles íntimos respecto a su floreciente sexualidad. Restauró las verdaderas identidades de su familia, pero retuvo los pseudónimos de las otras personas.
Frank llevó el diario a la historiadora Anne Romein, quien intentó publicarlo sin éxito. Luego se lo pasó a su esposo Jan Romein, quien escribió un artículo sobre el libro con el título de "Kinderstem" ("La voz de una niña") en el periódico Het Parool el 3 de Abril de 1946. Escribió que el diario "pausadamente expresado en la voz de una niña, muestra todos los odios del fascismo, mejor que las evidencias de los juicios de Nuremberg todas juntas".
Su artículo atrajo la atención de los editores y el diario fue publicado en 1947, seguido de una reimpresión en 1950. Albert Hackett escribió una pieza de teatro basada en el diario, estrenada en Nueva York en 1955, que recibió el Premio Pulitzer de Teatro. La pieza fue llevada al cine en 1959 con el título El diario de Anne Frank. Fue protagonizada por la actriz Millie Perkins, y Shelley Winters, que caracterizó a la señora Van Pels, consiguió el Oscar a Mejor Actriz Secundaria, que entregará a la Casa de Anne Frank. La película obtiene una buena acogida y se hace acreedora de otros dos Oscar. Sin embargo, no se convierte en un gran éxito de taquilla, aunque despierta tal atención que aumenta el interés mundial por el libro. El diario ha crecido en popularidad con el pasar de los años, y es lectura obligatoria en bachillerato en varios países, y en varios estados de los Estados Unidos. En Febrero de 2008 se estreno en Madrid del musical El Diario de Ana Frank. Un Canto a la Vida .
Es la primera vez que la Fundación Anna Frank cede los derechos a una empresa para representar un musical sobre Anna Frank y su obra en todo el mundo.
En 1986, se publicó una edición crítica del diario. Compara secciones originales con secciones modificadas por el padre, e incluye una discusión relativa a su autenticidad así como datos históricos sobre su familia.
En 1988, Cornelis Suijk—antiguo director de la Fundación Anne Frank y presidente de la Fundación para la educación sobre el Holocausto de los Estados Unidos — anunció que había obtenido cinco páginas que habían sido eliminadas por Otto Frank del diario antes de su publicación; Suijk afirma que Otto Frank le entregó esas páginas poco antes de su muerte en 1980. Las páginas eliminadas contienen comentarios muy críticos de Anna Frank hacia la relación matrimonial de sus padres y hacia su madre. La decisión de Suijk de reclamar derechos de autor sobre las cinco páginas para con ello financiar su fundación en los Estados Unidos causó controversia. El Instituto Holandés de Documentación de Guerra, actual propietario del manuscrito solicitó que le fueran entregadas las páginas faltantes.
En 2000 el Ministerio Holandés de Educación, Cultura y Ciencia accedió a donar 300.000 dólares a la fundación de Suijk y las páginas fueron entregadas en 2001.
Desde entonces, han sido incluidas en las nuevas ediciones del diario.
En 2004, se publicó un nuevo libro en Holanda, titulado Mooie zinnen-boek ("Libro de las bellas citas"), que contenía fragmentos de libros y poemas cortos que Anna recopiló, por consejo de su padre, durante su permanencia en la Achterhuis.

En su introducción a la primera edición del diario en los Estados Unidos, Eleanor Roosevelt lo describió como "uno de los más sabios y conmovedores comentarios que he leído sobre la guerra y su impacto en los seres humanos".
El escritor soviético Ilya Ehrenburg diría más tarde: "una voz que habla por la de seis millones; la voz no de un sabio o un poeta, sino la de una muchacha corriente". A medida que ha crecido la talla de Anna Frank como escritora y humanista, se ha convertido en un símbolo del Holocausto y más ampliamente como una representante de la persecución. Hillary Rodham Clinton, en su discurso de acogida de un Premio Humanitario Elie Wiesel en 1994, citó del diario de Anna Frank y dijo que "nos despierta frente a la locura de la indiferencia y el terrible precio que supone para nuestros jóvenes", que relacionó con los recientes acontecimientos ocurridos en Sarajevo, Somalia y Rwanda. Tras recibir el premio humanitario de la Fundación Anna Frank en 1994, Nelson Mandela se dirigió a una multitud en Johannesburgo, diciendo que había leído el diario de Anna Frank mientras estaba en prisión y que "obtuvo un gran aliento de él". Comparó la lucha de Anna contra el nazismo con la suya propia contra el apartheid, trazando una línea paralela entre las dos filosofías con el comentario "porque estas creencias son evidentemente falsas, y porque fueron, y siempre serán, desafiadas por los semejantes a Anna Frank, están destinadas al fracaso".
En el mensaje final de la biografía sobre Anna Frank de Melissa Müller, Miep Gies trató de disipar lo que creía era una creencia equivocada que iba en aumento, "Anna simboliza a los seis millones de víctimas del Holocausto", escribiendo: "la vida y muerte de Anna era su propio destino, un destino individual que se repitió seis millones de veces. Anna no puede, y no debe, representar a los muchos individuos a los que los nazis robaron sus vidas... Pero su destino nos ayuda a aceptar la inmensa pérdida que sufrió el mundo por culpa del Holocausto".

El diario ha sido también alabado por su mérito literario. Comentando el estilo de redacción de Anna, la dramaturga Meyer Levin que trabajó con Otto Frank en la dramatización del diario poco después de su publicación lo alabó por "mantener la tensión de una novela bien construida", mientras que el poeta John Berryman escribió que era una representación única, no sólo de la adolescencia si no también del "proceso misterioso y fundamental de un niño que se convierte en adulto, como sucede en realidad".
Su biógrafa Melissa Müller dijo que escribió "en un estilo preciso, confiado y económico, pasmoso en su franqueza". Su escritura es en gran parte un estudio de personajes, y examina a cada persona de su círculo con un ojo astuto, inflexible.
Es de vez en cuando cruel y a menudo parcial, sobre todo en sus representaciones de Fritz Pfeffer y de su propia madre, y Müller explica que canalizó los "cambios de humor normales en la adolescencia" a través de su obra. Su examen de sí misma y de lo que la rodeaba se mantiene durante un largo período de tiempo de modo introspectivo, analítico, altamente autocrítico, y en los momentos de frustración relata la batalla que se libra en su interior entre la "Anna buena" que desea ser, y la "mala" que cree ser. Otto Frank recordó a su editor explicando por qué pensaba que el diario se leería tan extensamente, con el comentario "dijo que el diario abarca tantas etapas de la vida que cada lector puede encontrar algo que lo conmueva".

Desde su publicación se ha puesto empeño en desacreditar el diario, y desde mediados de 1970 David Irving (historiador y negacionista del Holocausto) ha sido constante al aseverar que el diario no es auténtico. Según el también negacionista Robert Faurisson, el diario no fué realmente escrito por Anna Frank, ya que contiene páginas escritas con bolígrafo, inventado en 1938 y patentado en Argentina el 10 de Junio de 1943, pero que no habría sido introducido en Alemania hasta un año después, fecha en la que Anna había sido ya trasladada al campo de concentración (2 de Septiembre de 1944) y su diario estaba terminado. Las continuas declaraciones públicas hechas por quienes niegan el Holocausto llevaron a Teresien da Silva a comentar en 1999, en nombre de la Casa de Anna Frank, que "para muchos extremistas de derechas (Anna) demuestra ser un obstáculo. Su testimonio de la persecución de los judíos y su muerte en un campo de concentración están bloqueando el camino para la rehabilitación del nacional-socialismo".
Desde los años 50 la negación del Holocausto ha sido una infracción criminal en algunos países europeos, y se ha hecho uso de la ley para prevenir un aumento de la actividad neonazi. En 1959 Otto Frank tomó acciones legales en Lübeck contra Lothar Stielau, un profesor de colegio y antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas que publicó un documento estudiantil en el que describió el diario como una falsificación. La corte examinó el diario y concluyó en 1960 que éste era auténtico. Stielau se retractó de su afirmación anterior, y Otto Frank no llevó su demanda más lejos.
En 1958 un grupo de manifestantes desafió a Simon Wiesenthal durante una representación del Diario de Anna Frank en Viena asegurando que Anna Frank nunca existió, y le pidieron que probase su existencia encontrando al hombre que la había arrestado. Empezó a buscar a Karl Silberbauer y lo encontró en 1963. Cuando fue entrevistado, Silberbauer admitió en seguida su papel, e identificó a Anna Frank en una fotografía como una de las personas que fueron arrestadas. Proporcionó una versión completa de acontecimientos y recordó haber vaciado en el suelo una maleta llena de papeles. Su declaración corroboró la versión de los hechos que había sido presentada anteriormente por testigos como Otto Frank.
En 1976 Otto Frank emprendió acciones contra Heinz Roth, de Fráncfort, que publicó folletos que indicaban que el diario era una falsificación. El juez decidió que si publicaba nuevas afirmaciones en esa línea sería condenado a pagar una multa de 500.000 marcos alemanes y se enfrentaría a una sentencia de seis meses de cárcel. Dos casos fueron desestimados por los tribunales alemanes en 1978 y 1979 amparándose en el derecho a la libertad de expresión, en vista de que la queja no había sido llevada a cabo por ninguna "parte perjudicada". El tribunal declaró en cada caso que si se hacía una nueva petición desde una parte perjudicada, como Otto Frank, se podrían abrir diligencias por difamación.
La controversia llegó a su punto más alto en 1980 con el arresto y juicio de dos neonazis, Ernst Römer y Edgar Geiss, que fueron juzgados y encontrados culpables de la creación y distribución de impresos denunciando la falsedad del diario, a lo que siguió una querella de Otto Frank. Durante la apelación, un equipo de historiadores examinó los documentos de acuerdo con Otto Frank, y determinaron su autenticidad.
Con la muerte de Otto Frank en 1980, el diario original, incluyendo cartas y hojas sueltas, fue dejado en herencia al Instituto para la Documentación de la Guerra de los Países Bajos, que llevó a cabo en 1986 un estudio forense del diario a través del Ministerio de Justicia de los Países Bajos. Tras cotejar la caligrafía con ejemplares de autoría probada determinaron que coincidían, y que el papel, pegamento y tinta empleados eran fáciles de adquirir durante el período en el que se afirmaba que el diario había sido escrito. Su determinación final fué que el diario era auténtico. El 23 de Marzo de 1990 el Tribunal Regional de Hamburgo confirmó su autenticidad.

El 3 de Mayo de 1957 un grupo de ciudadanos, incluido Otto Frank, establecieron la Fundación Anna Frank en un esfuerzo por salvar el edificio Prinsengracht de la demolición, y para hacerlo accesible al público. Otto Frank insistió en que el propósito de la fundación sería el de fomentar el contacto y la comunicación entre jóvenes de diferentes culturas, religiones y razas, y oponerse a la intolerancia y a la discriminación racial.
La Casa de Anna Frank abrió sus puertas el 3 de Mayo de 1960. Consiste en el almacén Opekta, las oficinas y la achterhuis, sin amueblar, para que los visitantes pudiesen caminar libremente por todas las habitaciones. Se conservan algunas reliquias personales de sus antiguos inquilinos, por ejemplo las fotografías de estrellas de cine pegadas en la pared por Anna, una porción del papel pintado sobre el que Otto Frank marcaba la altura de sus hijas mientras crecían y un mapa en la pared sobre el que registró el avance de las aliados, todo ello protegido ahora por láminas de plexiglás. Desde la pequeña habitación que fuera una vez hogar de Peter van Pels, un pasillo conecta el edificio con sus vecinos, también adquiridos por la Fundación. Estos otros edificios guardan el diario, así como exposiciones no permanentes que describen diversos aspectos del Holocausto y muestras más contemporáneas de la intolerancia racial en diversos lugares del mundo. Se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Holanda, y cada año la visitan más de medio millón de personas.
En 1963 Otto Frank y su segunda mujer, Fritzi, establecieron el Anne Frank Fonds como una organización de beneficencia, con base en Basilea, Suiza. El Fonds recauda dinero para donarlo a las causas que lo necesitan. Tras su muerte, Otto legó los derechos sobre el diario al Fonds, con la cláusula de que los primeros 80.000 francos suizos producidos como beneficio cada año se distribuyeran entre sus herederos, y que cualquier ingreso por encima de esa cantidad se destinase al Fonds para su uso en los proyectos que sus administradores considerasen digno de ello.