martes, 4 de septiembre de 2007

¿Son de la Loma o Casablanca?


¿Son de la loma? Cuando el Trío Matamoros interpretó por primera vez la famosa canción esta se llamaba "Mamá, son de la loma". Posteriormente el pueblo la acuñó como "Son de la loma". “De dónde serán, ay mamá/ serán de La Habana, serán de Santiago, tierra soberana/ son de la loma...” De seguro Miguel Matamoros apostó por las estrofas que a su mente llegaban y sin pérdida de tiempo armó letra a letra, nota a nota, aquella melodía contagiosa y simple, quizás la más famosa en la mismísima cuna del inmortal género musical. Matamoros púsole por nombre "Mamá, son de la loma", pero Cuba entera lo llamaría "Son de la loma". El creador no aludía al son como género, sino que se refería a la tercera persona del plural, modo indicativo del presente del verbo ser. Hoy, muchos años después, nadie osaría nombrarlo como originalmente le llamó su creador, que dicho sea de paso, también llegó a llamarlo como el pueblo acuñó. El señalado no es, ni mucho menos, el único ejemplo en el pentagrama musical cubano e internacional, pues son innumerables las canciones que por una razón u otra perdieron su nombre y todos, incluidos los medios de información, la llaman de una manera diferente a como originalmente quisieron sus autores. Ernesto Duarte, un muy conocido compositor cubano, creó una bellísima página que tituló "Ven aquí a la realidad", pieza antológica en la voz del fallecido Fernando Álvarez. Pues bien, esa canción es por todos conocida como "Bájate de esa nube". Algo similar ocurre con dos fantásticas canciones interpretadas por Benny Moré. Me refiero a "Tú me sabes comprender" y "Qué te hace pensar", nombradas así por Ricardo Pérez Martínez, su autor, pero que para las grandes mayorías responden al título de "Vida" y "Alma mía", respectivamente. Bienvenido Julián Gutiérrez, el creador de "Convergencia", compuso una página a la que llamó "Ese hombre es un diablo", pero en el montuno se mencionaba "al diablo tun tun", nombre este último por el que la mayor parte de las personas conoce la canción. ¿Quién no ha cantado, o al menos tarareado alguna vez "En el tronco de un árbol"? Pues bien, no se llama así esa hermosa canción de Eusebio Delfín. Su nombre original es ¿"Y tú qué has hecho"? Un buen día el trovador Oscar Hernández comenzó a sentir una frase que lo martillaba incesantemente: “...en el sendero de mi vida...” Al estampar su nombre en ese tema el autor la llamó "Ella y yo", mas todos creen que su título es, precisamente el de la estrofa que ronroneaba al compositor. Para Luis Casas Romero no había dudas. Quería insinuar a su amada lo que pasaría si llegaba a besarla como había soñado. Entonces tituló "Si llego a besarte", pero la inolvidable canción desde siempre fue conocida, incluso internacionalmente, como "Dame un beso". EL HÁBITO HACE AL MONJE Para Manuel Villar, reconocido musicólogo, la gente evade los títulos complicados y comienza a llamar a determinada canción por la frase más simple y pegajosa. “Casi siempre las personas se fijan en el principio de la canción, en frases completas, y en algo que sobresalga en el montuno, eso es lo que más se pega”, subraya. Villar ejemplifica con "Suavecito" y "Échale salsita", ambos de Ignacio Piñeiro. “En canciones como esas nunca habrá problemas, pues sus títulos evidencian una exacta concordancia con la palabra más pegajosa, la de mayor impacto y que son, precisamente, "Suavecito", y "Échale salsita". Otro asunto, refiere Villar, es el de los poemas musicalizados. “Por ejemplo, Guillén escribió un poema que nombró "Canción". Más tarde fue musicalizado y bautizado como "De qué callada manera". En esta situación juegan los mismos elementos que con las canciones, pero quienes ponen música en ocasiones asumen el derecho de nombrar la pieza de una manera diferente”. LO MISMO EN EL CANCIONERO INTERNACIONAL En el cancionero internacional suceden fenómenos similares. La mexicana María Griver escribió "Te quiero dijiste", pero todos la llaman "Muñequita linda". El boricua Rafael Hernández, entre los más grandes autores de nuestra zona geográfica, escribió "Ahora seremos felices". Pero su intento falló, porque todos la llaman "La casita". Del mismo autor es "Lamento borincano", al que todos llamamos "El jibarito". En similar caso está Pedro Flores, el otro grande del cancionero popular puertorriqueño. Concibió "Las calles de San Juan" y su pueblo se encargó de cambiarle el nombre por el de "Blancas azucenas". Para terminar veamos el ejemplo de un tema internacional. En nuestro medio ¿quién no conoce "As time goes by"? (Según pasa el tiempo). Creo no equivocarme si aseguro que muy pocos responderían afirmativamente. Más, si pregunto quién conoce la canción "Casablanca", todos alzarían sus manos. Es, quizás, uno de los temas más famosos e inolvidables surgidos a partir de una película. "Casablanca" no es el título de la canción que interpreta Sam, sino, precisamente "As time goes by". El pueblo identifica las canciones por sus estrofas repetidas (los mambos), así que solo queda esperar que futuras generaciones, conozcan de los títulos originales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Waldillo, excelente tu articulo sobre los titulos de las canciones y como a lo popular la bautizan o nombran esos temas..por citarte uno tambien muy conocido..fue " aquellos ojos verdes de mirada serena en cuyas quietas aguas...."
aquellos ojos verdes o Maria Elena
un abrazote..y fabuloso como terminastes en el programa de Ma.Elvira...los cubanos tienen lo que se merecen..
Viva USA y Marakka
un abrazo
RP